
En las inmensas soledades del río Orinoco se cuenta la leyenda del duelo poético entre el diablo y el valiente llanero Florentino. En un pasaje del duelo, el príncipe de las tinieblas le pregunta a Florentino: "Si Usted sabe tanto dígame ¿cuál es la república donde el tesoro es botín sin dificultad ninguna?". Sin titubear, el bravo hombre responde: "La colmena en el papayo que es fruto de blanda pulpa. Quien no carga machete, saca la miel con la uña". Efectivamente, ese es el papayo, el árbol de la papaya. Y en septiembre, Guayana también produce papaya pero la gente prefiere llamarla lechosa o lechoza, por el copioso y pegajoso líquido blanco que emana del árbol cuando se desprende el fruto: ¡buena leche!. El papayo puede ser alto hasta cuatro metros, su tallo es recto y coronado con un sombrero de ramas, pero muy blando por lo que es fácil de cortar. Y de su fruto se saca un dulce sabroso que no falta en la mesa navideña venezolana: el dulce de lechosa. Comerse la papaya es tan fácil que todavía se suele escuchar: !qué papaya! cuando se tiene que realizar una tarea que no requiere mayor dificultad, como tomar el botín del tesoro republicano referido por el maligno. ¡Qué rica es Guayana! por eso es que en su escudo hispánico de 1795 dice "Haud ulli spectaberis impar dives opum variarum" (No encontrarás otra de más variada riqueza).
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