En septiembre todavía llueve en la Guayana venezolana, y por lo general es así hasta finales de octubre. El agua baña el paraíso vegetal que lo enmarca todo y frutas aparecen como adornos. Y la granada aprovecha y también aparece. Traída desde hace tiempo a la Tierra del Orinoco amada, este fruto se ha adaptado muy bien al trópico. Y no podia ser de otra manera porque es el nombre del Virreinato de la Nueva Granada del cual Guayana y toda Venezuela fueron parte. Y fue precisamente este nombre de Nueva Granada dado por Don Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Santa Fé de Bogotá el 6 de agosto de 1538, el que atraería a muchos peninsulares a estas tierras imaginando que encontrarían tantas o más riquezas que en el Reino de Granada Peninsular. No hay que abandonar a la granada porque después nos tocará como Boabdil, último Rey de Granada, a llorar como una mujer lo que no se supo defender como un hombre.
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